miércoles, 1 de enero de 2014

20 años de Dignidad Rebelde.


Fuego y palabra han acompañado el andar de pueblos indígenas del sureste mejicano, la lucha  por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz han sido banderas que no  han dejado de izar; han pasado 20 años de aquella noche  que decidieron taparse el rostro para hacerse ver, negarse para no ser negados, de construir un mundo donde quepan otros mundos, de alzar armas para decir aún estamos aquí en pleno auge de la globalización, en plena caída de las utopías y crecimiento generalizado de la desesperanza, aún estamos aquí. El alzamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional fue  palpitar de un corazón indígena desde la Selva Lacandona, fue impulso para continuar caminado, esperanza para el paso; el EZLN en su andar nos ha enseñado a servir y no servirse, representar y no suplantar, construir y no destruir, proponer y no imponer, convencer y no vencer, bajar y no subir; quien está atrás del pasamontaña nos recuerda: “La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla” , desde el corazón de la selva las voces Tzental, Purepecha, Tojolabal, Tzotzil se alzan claras y profundas. Para Todos Todo, Nada para Nosotros.

KA ITAN WAN KA NE MACHIKU
(Abajo y a la izquierda)



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